El
primero de los días
Es
así. Soy así. Soy la frágil rama del árbol del bien y el mal.
Árbol
del conocimiento
en
el Paraíso, en el Edén
Soy
la rama frágil que
sostiene
la sierpe tenaz
que
espera
que
espera
la
tarde
donde
lo humano
se
arrojó
sobre
mi pecho
soy
la sutil sombra
donde
ocultaron sus ojos extasiados
por
la claridad
Ante
la peña
alguien
pregunta
¿Eres
antes
que
el pasado?
erráticas
rocas
poblando
sus
ruinosos edificios
cortan
sus pasos
Sobre
la hierba
alguien
responde
soy
el habla.
La
palabra se inventó
para
que yo exista
el
ave la descolgó
usando
una escalera
Dosel
de venenos
dormitan
plácidamente.
Ellos
caramelizan
una
manzana
para
sus niños
Aquella
tarde el camino se pobló de suspiros
y
los dedos se reventaron ante la cubierta orgullosa
que
pasea su desnudez.
Sobre
las piedras sangramos saliva
bebiendo
nuestra sopa de arenas
El
fuego gozó haciéndonos el amor
mientras
que, el sol,
nos daba propinas.
El
horizonte se escondió detrás de la pena
y
salimos a patearla, tratando de hacer un gol
a
la vida
Eso
hizo que marcáramos la diferencia
el
irredento
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