La
sombra desnuda
¿Quién canta sobre las rocas
que bajan al páramo?
¿Quién grita en la tarde
mustia húmeda
de la tormenta que se acerca?
Sin duda las hojas preguntan al viento
si conoce el olvido.
De aquí a las colinas
una vida nos queda.
¿Quién aúlla por las flores muertas
y los troncos rebanados?
El viento implora
por la lluvia que no viene
y por el candor
del vuelo de las aves.
Bajo la fronda del árbol
murió la sombra desnuda
El gusano carcome la oscuridad
horadando las horas
de la brisa que viene
y sobre su drupa
atiza el menguante despojo
de la estrella que rueda.
Meridion que duermes
a los pies de las sombras
arma tu brazo
con la aldaba del tiempo.
¿Con qué canto se rompen murallas?
¿Cuáles vientos portan la muerte?
Torreones impotentes
avanzan perezosos
atrapando llanuras
con la seda del destino.
Áspid vertical por la comisura
del vuelo,
¡Quiebra las esperanzas!
Pestilente vida
que pace hondonadas
figuras reptantes cabalgan el infierno.
Del viento hasta aquí
solo caen espejos
ojos macilentos trepando alegrías
¿Quién lucha en sangre redimida?
¿Cómo se reunirán nadas
cuando el último muera?
La voz se pare ronca
a pesar del bálsamo destino
y gargantas amputadas
La pared avanza
con alas punzantes
y desde la cuesta
luces impávidas pestañean
en la dulce espera
de la guadaña que besa
¿Quién vocifera en las arenas?
¿De qué se alimenta
si su cuerpo
no es más que recuerdo?
El camino comienza
cuando la viña de su uva
y su fruto brinde el olivo.
Del oasis hasta la noche
el camello conduce estrellas
mientras en la arena
se dibujan bitácoras.
Ha de uno, su exégesis.
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