Los
versos salen, pujan, empujan,
estrujan,
acometen tenaces
la
birome corre más lento
que
la palabra que brota arrasando
las
letras se ajustan prietas
en
los renglones de mi cuaderno
las
palabras avanzan en columnas,
una
junto a otra
strimgiamci a coorte
siam pronti alla morte[1]
la
palabra llamó
vientos
huracanados arremeten
cual
cuchilla que corta
el
mundo se desploma bajo el fuego y la inquina
de
aquellos que solo
piensan
en su porvenir
aplastando
cráneos y desayunando niños
junto
a sus huevos revueltos
y
la sangre del pueblo cortada con su café cotidiano.
Los
medios callan y las voces se apagan
cual
vela que sepulta su pabilo
los
mass-media se arrodillan ante el mejor postor
baales modernos que nada hacen.
la
supuesta madre de la libertad
usa
grilletes desde antes de ser parida.
armas
del tirano, del imperio, de la moda.
el
mundo es cristal que sobre cascotes
rebotando
avanza.
La
desazón estalla en las venas
y
explota cual misil.
Las
palabras avanzan
aunque
amordazadas, bastardeadas
heridas,
modadas, no callan.
En
el corazón de la bestia
fue
sembrada la semilla soberana
de
la lucha.
Es
amargo el futuro
pero
aún está allí
en
los sueños que forjamos
y
las palabras que escribimos
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