Baldosas
verdes y amarillas
inspiran
mis versos.
-¿Qué
escribo?: les pregunto.
Extrañeza
del alcohol
noche
platense que me envuelve.
El
piso me habla.
¿Estaré
sobre el,
parado,
sentado, apoyado
o
solo es cama que soporta mi ebriedad?
¿La
Facultad? ¿El trabajo? ¿Mañana?
¿Es
real o ficticio?
Por
las dudas no pregunto.
La
realidad golpea donde mas duele.
-¡Déjenme
ahora disfrutar de la charla
con
mis amigas, las baldosas verdes y amarillas!
¿Qué
raro, no? Me hablan.
Hablemos
en serio como impone el régimen del mundo, de acuerdo a las normas sociales
vigentes, que rigen y controlan las conductas de los individuos.
Las
baldosas me hablan.
Pero
yo…
¡A
callar!
Las
baldosas verdes y amarillas.
Me
hablan.
Son amigas.
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