Hacedores de historias
Rama frágil que
imprime ritmo al poder de la noche
Somos la estela
que la barca dibuja sobre las olas-papel
¿Quiénes penetran
la oscura profecía que el áspid canta sobre la yerma peña?
El trofeo
hilarante de la tormenta que arrecia es bebido por los vencidos
Sopa de arenas
que mascan olvidos
y perecen los
abismos ciegos. Las penas cantan henchidas de gloria
y alegrías
renovadas en sangre fresca
A partir de hoy
somos carne negra que pende en racimos
colgados de las
alturas
¿Cómo concebir la
historia
de los cielos estallados? ¿Cómo trazar garabatos
con el lápiz encendido fuego,
y las letras temblorosas acurrucándose debajo de mi palma?
La tierra pretende volver todo ceniza
y el fuego, ser el padre
de la semilla parida;
con sus carbonosos hijos
poblar las llanuras, las montañas
desecando mares y tiñendo de rojo los caminos.
Al comienzo fue la luz y la luz fue vista como buena.
La oscuridad fue engendrada como mala y desterrada a las
tinieblas.
Así comienza la historia determinando que es lo bueno y que
lo malo
sin una justificación clara
ni argumento solido para distinguir entre ambas.
Somos la huella efímera
dejada junto al beso de la marea
sin embargo
algunas de ellas logran perdurar
como en Laetoli.
Rastros mínimos de los que caminaron la tierra
antes del comienzo de los tiempos
Hacedores de historias. Pequeña letra dibujada sobre cenizas.
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